lunes, 27 de junio de 2011

Últimos días en mi querido piso...

Como llevo unos días diciendo, estoy mirando directamente a los ojos a mis últimos días en París. El viernes por la tarde cerraré otro capítulo de mi inestable vida, en este caso el de París, y se abrirá otro de total incertidumbre.
Pero no podía irme sin dedicarle una entrada a mis queridos compañeros de piso. No todo el mundo lo sabe, pero hace casi dos meses dejé mi piso-comuna nepalí para venirme a vivir con mis queridísimos Mer, Lu y Abdel. Estos dos meses han sido simplemente maravillosos aquí, VIVIENDO (y lo escribo en mayúsculas, porque esto sí ha sido vivir) con tres personas fantásticas que me han hecho volver a sentir lo que es vivir con amigos, y no con desconocidos con el Síndrome de Diógenes.
Aquí hemos pasado por todo tipo de historietas, y siempre han sido preciosas: cenas étnicas (argentinas-marroquíes), charlas hasta las mil de la madrugada, chocolate, películas hacinados en una cama, calcetines en las puertas, ruidos amorosos nocturnos, vecinas histéricas que se quejan de esos ruidos por ser demasiado amorosos, alguna que otra fiesta (aunque sigo esperando mi fiesta de bienvenida), puertas que se abren solas (y eso sí que es acojonante, que se te abra la puerta de casa a las 2 de la madrugada sin explicación alguna), visitas (o estancias) de nuestros queridos Kárim y Maher, leches con nesquick a las dos de la tarde, y por supuesto, risas y más risas. Y me paro, porque si no, no acabo nunca. Simplemente, felicidad.Y amor, mucho amor.
Así que, resumiendo, esto es simple y llanamente para deciros, Mer, Lu y Abdel, que os voy a echar muchísimo de menos, y que espero y estoy seguro de que nos veremos pronto. Os quiero.

sábado, 25 de junio de 2011

Historias de Royan

Como dije en mi publicación anterior, he estado de retiro espiritual en Royan, en la zona de La Rochelle, para pasar unos días de playa...
Todo perfecto, o al menos así debería haber sido, porque ¿a qué no sabéis qué se me olvidó llevar? ¡Premio! Efectivamente, me fui a pasar unos días de playa sin bañador, que me lo dejé perfectamente dobladito en la estantería... Para colmo, también me olvidé unas calzonas que pensaba llevarme para dormir, así que tuve que lucir palmito yendo a la playa en calzoncillos ajustaditos; lo sé, un espectáculo dantesco.
Para más inri, el primer día (lunes) nos pusimos al sol durante unas seis horas y acabamos todos quemadísimos, y fruto de ello me estoy despellejando la espalda. Buena forma de comenzar el verano, ¿no?
Y nada, a partir de ese día dejó de hacer buen tiempo, así que básicamente nos hemos dedicado a comer barbacoa como cerdos y a hacer algo de turismo por la región, visitando el mismo Royan, Talmont, que es una ciudad costera medieval, la Isla de Ré y La Rochelle, que coincidió que era la Fiesta de la Música y había un montón de conciertos gratis por la calle de todos los estilos, desde un coro de viejos hipermotivados y disfrazados de hippies que cantaban versiones de los años 80, a una banda de tambores de más de 40 personas... ¡brutal!


Y ya el jueves de vuelta paramos por la zona de los Châteaux de la Loire (Castillos del Loira), y visitamos Amboise y el Castillo de Cheverny. No vivía mal esta gente, nada mal...
Y esto es todo de momento, ahora estoy de nuevo en París, disfrutando de mis últimos días. Todo lo bueno se acaba, pero tengo otras muchas cosas buenas esperándome. À bientôt!

domingo, 19 de junio de 2011

Retiros espirituales

Queridos amigos,
Esta es una entrada rápida y veloz, simplemente para informaros de mi inminente partida en retiro espiritual a Royan, en la zona de La Rochelle. Allí estaré hasta el jueves por la noche, y con esto completaré mi ciclo de retiros después de mi vuelta de Roanne, tras casi una semana allí... ¡Hasta pronto!

viernes, 17 de junio de 2011

Covoiturage: esa caja de sorpresas

Como supongo que hay mucha gente que no sabe lo que es, comencemos explicando lo más importante: ¿Qué es el "covoiturage"?
Bien, esto se podría traducir (mal) como "compartir el coche", y básicamente, la gente que tiene que hacer un viaje y que tiene varias plazas en su coche, lo publica en una página web proponiendo un precio (bastante más bajo que en tren o bus), y los interesados contactan con él... ¡y a viajar! Por ejemplo, "tengo 3 plazas para ir de Lyon a París por 25 € el sábado a las 14h00". Y si te viene bien, lo llamas y te vas con él.
Hasta aquí, todo normal. De hecho, anteriormente ya lo había hecho dos veces sin ningún tipo de problema (París-Chartres y París-Roanne, la semana pasada), y ayer, una vez más y para ahorrarme dinero, volví a hacerlo para volver de mi maravillosa semana en Roanne que ya contaré otro día.
Bien, vayamos a los hechos. Concretamos una cita con un tal Etienne, 24 años, para volver desde Lyon a París a las 19h00, un trayecto que normalmente dura entre 4h30min y 5h. El coche, lleno, y me toca sentarme en el medio. Empezamos mal porque después de pelearme más de diez minutos para ponerme el cinturón, descubro que lo del medio no es un asiento, sino la típica "cosa" de plástico duro que se baja para apoyar las latas o la comida, con lo que mi espalda y mi culo no se alegraban de estar ahí. Siguiendo, no tenía "reposacabeza" porque no había forma de que entrase, así que me esperaba un largo camino con la cabeza tiesa.
Y ahora, sigamos con los compañeros de viaje, concretamente dos de ellos. Para comenzar, Etienne, el conductor, un medio "cani" parisino que nada más montarse en el coche se puso a enviar mensajes con el móvil y a llamar por teléfono, además de fumar, todo con bastante regularidad. Esto no sería un gran problema si no fuera porque la gran mayoría del camino fuimos a 160km/h, llegando en algunos tramos a los 180km/h. Con otras palabras, un claro ejemplo de cómo se conduce correctamente que la DGT (Dirección General de Tráfico) tendría que tener en cuenta y condecorarlo por ello. Un auténtico kamikaze barato, este Etienne.
Sigamos con el mejor de todos, Gaëtan. Un negro con rastas y barba de casi dos metros de altura que se sentó a mi izquierda, y el que, para empezar bien, tuvo una urgencia justo antes de montarnos en el coche y se fue al baño. Tardó unos 15 minutos. Sí que tuvo que ser importante la urgencia, sí. Pero parece que una vez liberado de este contratiempo se quedó bastante relajado, porque se pasó todo el camino, casi hasta París, durmiendo a pierna suelta (no olvidemos que medía casi dos metros). Esto tampoco debería haber sido un problema si no fuera porque yo estaba sentado en el medio, os recuerdo, y el hombre ocupaba toda la parte izquierda del coche con sus enormes piernas, y yo, aparte de mi dolor de espalda, tenía las piernas encogidas en el medio. Para más inri, el señor Gaëtan olía realmente mal, como a sudor rancio, con solera, y parece que quería compartirlo conmigo porque durante el trayecto estuvo bastante rato medio echado sobre mi, y en otros momentos se daba la vuelta y me empujaba con su culo hacia la derecha, acomodándose más aún.
Para hacer más agradable aún el viaje, hubo un accidente en la autopista que nos tuvo una hora de reloj parados completamente... ¿Os imagináis todo eso junto? Yo creía que me moría... Así que después de esto, nuestro querido Etienne (o no sé si llamarlo Drenthe o Benzema) conducía como un Fórmula 1 y de hecho se comportó como tal ya que solo paró un momento para repostar y comprar agua.
Resultado final: Teniendo en cuenta que salimos a las 19h10 por culpa del apretón de Gaëtan, y que llegamos a París a las 23h50, tardamos 4 horas y 40 minutos en hacer el trayecto, algo normal si no fuera porque estuvimos una hora parados en un atasco, por si lo habíais olvidado.
En fin, que el viaje me costó 25 € solamente y me ha traido una bonita historia que contar. El covoiturage está guay, ¿eh?

Vamos a ponernos serios...

Esta entrada va dedicada, con todo mi cariño, al señor Víctor W. Virus, que en la entrada anterior me criticó respecto al abandono del blog. Pues bien, ya que tiene algo de razón y que acabo de volver de una semana de relax, me pongo manos a la obra:
Comenzando con la encuesta anterior, cabe destacar la baja participación, con sólo 7 votos a mi pregunta sobre el futuro de los españoles tras las ya lejanas elecciones... En resumen, todos los votantes se han mostrado bastante pesimistas con la victoria del PP, y la mayoría han señalado su rechazo diciendo que "Estamos jodidos, solo nos queda emigrar..." (4 votos, 57%) y que "La crisis actual es una broma comparado con lo que nos espera... El PP es lo peor que podría habernos pasado." (1 voto, 14%). Por últimos, 2 personas (28%) han mostrado su indiferencia con la frase "No creo que cambie nada, ni a mejor ni a peor...". En fin, ya veremos lo que nos trae el futuro...
Aparte, me dispongo a proponeros una nueva encuesta para la que necesito vuestra mayor participación, ya que es un tema que me preocupa, y mucho. ¿Qué hacer con mi futuro?
Y para finalizar, seguiros agradeciendo que os paséis de vez en cuando a leer mis tonterías. ¡Es un placer! Próximamente, nuevas historias frescas...

miércoles, 8 de junio de 2011

París, la ciudad del amor

Hoy, esta misma tarde, me encontraba dando un agradable paseo después de que esta ciudad nos haya dado un pequeño respiro tras varios días de mal tiempo. Estaba concretamente en la rue de Rivoli, por el barrio del Marais, en todo el centro, ¡puro glamour en la ciudad del amor!
Pues bien, en ese momento parece que dos hombres, adultos, se dejaron llevar por tal ambiente y comenzaron a... ¡pegarse de ostias! Tales protagonistas eran un taxista, de unos treinta y tantos, y señor rozando los sesenta y con una panza prominente, seguramente debido a que no vive mal del todo, y parece que el inicio de la disputa fue un "casi roce" entre sus coches. Ahí que se enzarzaron los dos a puñetazo limpio, agarrados como gorilas de lomo plateado en celo, y el resultado fue devastador: victoria abrumadora del señor mayor por KO técnico del taxista, que se fue literalmente con la boca partida, sangrando a grifo abierto, dando un acelerón espectacular en su taxi modelo Mercedes Clase C en negro metalizado.
Terminando, como creo que se entiende, lo de "ciudad del amor" en esta ocasión era bastante irónico, y tras ver esa lamentable imagen he pensado: "no quiero acabar como estos dos". Es por eso que pronto llegará el momento de decirle "hasta pronto" a esta bellísima ciudad, sí, de eso no hay duda, pero que nos va transformando poco a poco, sin darnos cuenta...