sábado, 23 de marzo de 2013

Amidou, el justiciero


En la entrada anterior os planteaba un enigma. Hoy os traigo la respuesta: el personaje en cuestión no es el gato de "Alicia en el País de las Maravillas", es el señor Amidou Nshimirimana, alias Mufti.


Este entrañable y polivalente personaje, profesor de español e instalador de antenas parabólicas al mismo tiempo, es mi alma gemela aquí en Burundi. El año pasado fue el primer alumno en la historia del área de Traducción e Interpretación de la Facultad de Letras de la Universidad de Ngozi en hacer su tesina en español. Y este año ha comenzado a dar clases de español bajo mi "supervisión", así que de lujo. Gracias a él estoy conociendo el verdadero Burundi, el de la gente del campo, las cantinas y las tradiciones.

Pero, ¿qué hace con esa especie de hacha? Pues es que, aparte de todo lo dicho, el chaval es un poquito animal. Resulta que hace unos días, lo atacó una jauría de perros, así que decidió fabricarse un arma para combatirlos. Cogió una tubería y un trozo de metal y ese fue el resultado. He aquí el proceso de elaboración:

Cortando la tubería para hacer el "mango"

Afilando el hacha

Soldando ambas partes

Como podéis ver, fue todo un acontecimiento, un momento de diversión para los viandantes. Y como también se aprecia, la "herrería" (por llamarla de alguna manera) es bastante rústica, y las medidas de seguridad a la hora de soldar, muy precarias: unas simples gafas de sol "piratas". ¡Gracias Mufti! Me encanta Burundi...

Mufti y los artistas, orgullosos de su obra

miércoles, 20 de marzo de 2013

Enigma burundés

Hoy seré breve, no me voy a explayar demasiado. Simplemente os dejo un pequeño enigma burundés: En la siguiente foto hay dos personas, ¿dónde está la segunda? Os dejo una pista... ¡Hagan sus apuestas!


jueves, 14 de marzo de 2013

No nos vamos, nos echan

Yo también me he unido a este movimiento, y esta ha sido la foto de la que tanto se ha hablado y que tantas vueltas ha dado por Facebook. La verdad es que viéndolo ahora, que se ha calmado un poco la cosa, me da bastante vergüenza todo el revuelo, pero me alegro que al menos haya servido para que se conozcan los casos de tantísimos jóvenes españoles que hemos tenido que emigrar para buscarnos las habichuelas.

Y también me da pena la cantidad de mensajes ignorantes y de mal gusto que he tenido que leer, aunque me sirve para comprender mejor la situación en la que estamos: la gente es capaz de criticar a una persona por irse a Burundi, pero no a la clase política que nos obliga a emigrar por la falta de oportunidades reales. Me gustaría saber qué habría pasado si, en vez de yo mismo, el que estuviera rodeado de esos niños fuera Cristiano Ronaldo o Messi; ¿serían todo un ejemplo de solidaridad y buenos valores? Así nos va...


En fin, por suerte los que me conocen saben cómo soy. Muchas gracias a todos, conocidos y desconocidos, por los mensajes de ánimo, apoyo y por defenderme de ataques sin sentido. Y que no os engañen: nos nos vamos, nos echan.

PS. Os dejo mi mensaje de respuesta que escribí en esta foto:

Buenas tardes a todos. En primer lugar, mil gracias a la gran mayoría por vuestros mensajes de ánimo y apoyo, me sorprende muy gratamente tanto comentario. En segundo lugar, a los que me critican, quizás les interese saber un par de cosas: 1º Aquí no he venido a hacerme rico, de hecho “pierdo” dinero estando aquí (aunque en lo personal gano infinitamente más): tengo un sueldo local (menos de 200€ al mes) y me tuve que pagar el billete de avión, el visado y el seguro médico (que siendo a Burundi, uno de los países más pobres del mundo y recién salido de una larga guerra civil, no es nada barato). 2º Aparte de mi trabajo de profesor, colaboro de manera totalmente desinteresada y gratuita con el hospital de la ciudad y con un centro de reinserción y formación para niños de la calle (Giriteka). 3º Yo en ningún momento me he quejado de estar aquí, al contrario, es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Solo he querido compartir mi historia como han hecho otras más de 6.000 personas en esta página web, y se me ocurrió hacerlo fotografiándome con los hermanos pequeños de un amigo. De hecho, este es el mejor trabajo que he tenido en mi vida, por el trabajo en sí, el lugar, la gente y todo lo que estoy aprendiendo (que es más de lo que estoy enseñando). 4º Los comentarios racistas y de mal gusto los hacéis en otro lado. Gracias. Un saludo a todos. Amahoro (“paz”, en kirundi).

viernes, 8 de marzo de 2013

Brochettes

Os presento las brochettes, una de las especialidades culinarias burundesas por antonomasia. En casi cualquier punto de Ngozi podemos encontrar puestos o cabarets donde solo se hay brochetas de vaca o de cabra, plátano para acompañar, y cerveza caliente, mucha cerveza. También hay otros lugares en los que tienen la especialidad de los tzingaro, que son brochetas de tripas de cabra; están buenísimas, lo único es que no hay que mirar. Y como podéis comprobar, cumplen estrictamente con todas las medidas sanitarias habidas y por haber...


He aquí otro ejemplo: un cuartito de menos de dos metros cuadrados donde también te hacen unas deliciosas brochetas. Todo muy limpio y muy ordenado, con la carne lista para ser cortada y degustada.


Y aquí podéis ver el resultado final: brochetas de cabra y plátano asado, sobre una improvisada mesa hecha con una caja de cerveza. Bon appetit!!



domingo, 3 de marzo de 2013

De concierto en Burundi

Este fin de semana tuve la oportunidad de asistir a un concierto en directo por primera vez desde que llegué a Burundi. El artista en cuestión era un tal Saïd Brazza, quien por lo visto es bastante conocido a nivel nacional. El lugar, un típico cabaret de Ngozi, un pequeño y rústico restaurante donde solo se pueden encontrar brochetas, refrescos y cerveza, cómo no.

La cosa prometía, así que ahí me dispuse yo, con mi cerveza, muy atento a las pruebas antes del concierto. Hasta que entró en escena el elemento sorpresa: un corte de electricidad, de los muchos que solemos sufrir. El plan de acción fue esperar a que volviera, pero al cabo de un buen rato parecía evidente que no volvería hasta la mañana siguiente. Así que, tranquilamente, se "organizaron" para buscar un grupo electrógeno para poder comenzar el concierto.


Finalmente, y tras "solamente" más de dos horas de espera, llegó el ansiado grupo para poder dar electricidad al lugar. Y el concierto comenzó, con una mezcla de reggae, dub y no sé qué más, todo ritmos  africanos muy bailables. Mereció la pena la espera. La nota cómica final fue que, al parecer, el grupo electrógeno se quedó sin gasolina, y ahí fue cuando se acabó el concierto definitivamente. Son cosas del directo.