sábado, 30 de abril de 2011

Mi presente y futuro profesional es... ¡Amorino!

Así es, amigos, esta es mi nueva salida profesional después de cinco años de carrera y dos de asistente de español (que supongo que algún día narraré por aquí...).
Hoy he cumplido oficialmente una semana como trabajador en la afamada empresa "Amorino", que dispone de la "friolera" de 19 heladerías por todo París...
Pero comencemos la historia desde el principio: el pasado día 9 de abril me dieron dos semanas de vacaciones en mi anterior trabajo, y en vista de que hoy, 30 de abril, acababa mi contrato, me puse en serio a buscar un trabajo sustitutorio por algunos meses en París, olvidándome de aprovechar este tiempo para viajar... Así pues, recorriendo a pie esta ciudad repartiendo currículums a diestro y siniestro, descubrí la increíble simpatía de esta "amable" gente, a los que sólo les falta escupirte a la cara y limpiarse el culo con tu currículum...
Pese a todo, una semana después me llamaron de una pequeña brasserie, es decir, un restaurante francés, para que trabajara tres horas al día con ellos, de lunes a viernes, al mediodía, cerca de los Jardines de Luxemburgo... Y allí me presenté, como único camarero del restaurante y con cero experiencia, más nervioso que Luis XVI antes de que lo guillotinaran, y obviamente la lié bastante: se me olvidaban bastantes cosas, pero lo peor era un extraño temblor en la mano que no podía controlar al llevar los cafés a los clientes, y que aumentaba cuando mi jefe me perseguía gritándome "¡No tiembles Andrés, no tiembles!". También fue memorable, el primer día, cuando me dijo que "gritara los platos a la cocinera" cuando me los pidieran. Yo, ni corto ni perezoso, y como he visto y oído toda mi vida en España, "grité" literalmente "una ensalada de queso de cabra caliente" desde el otro extremo del restaurante, y mi pobre jefe se llevó las manos a la cabeza, avergonzado, y no sabía dónde esconderse... Pese a que pueda parecer un desastre, y a que los dos primeros días me perseguía por todas partes, mi querido ex-jefe no me quería dejar ir cuando el tercer día le dije que no quería seguir, e incluso me pidió que volviera al día siguiente y me lo pensara (también es ovbio que necesitaba a alguien, si no se quedaba con el culo al aire...). Así que mi periplo por el mundo de la hostelería duró sólo cuatro días...
Hasta que, el mismo día que dije de dejar el trabajo, me llamaron de la anteriormente mencionada "Gelateria Amorino" (que por cierto, también existe en España), para que empezara dos días después, el sábado 23 de abril. He olvidado mencionar que me habían hecho una entrevista ese mismo miércoles, pero no tenía grandes esperanzas porque había bastantes candidatos...
El caso es que comencé a trabajar y firmé mi contrato ese mismo día, con mi magnífica indumentaria laboral: delantal negro con el logo, camiseta negra, gorrito absurdo y una plaquita que decía "en formation", para que la gente tuviera paciencia conmigo... Y ahí me empezaron a enseñar la especialidad de la casa, que es hacer cucuruchos (o conos, o conrnettos o como se digan) con forma de flor, y no hace falta que diga los cardos borriqueros que hice las primeras veces... Pero al final del día me salían muy bien, y ahora ya los hago casi rápido y bonitos.
Y nada, en esta semana ya ha terminado mi formación tanto en helados como en cafetería, y ya tengo una placa con mi nombre y la palabra "vendedor". Además, he vivido experiencias tan diversas como hacer helados-flores de 6 ó 7 sabores diferentes, ser fotografiado por chinos, entrar en una cámara frigorífica a -27ºC con un abrigo finito y unos guantes de broma o inventarme por completo el italiano hablado. Y por supuesto comer helado, mucho helado.
Así que todo va bien, hoy ha acabado oficialmente mi contrato como asistente de lengua española y ya me puedo centrar en mis heladitos... Otro día escribiré, también, sobre mi experiencia pedagógica con futuros premios Nobel...
Pero no será hoy, ¡que esto ya es muy largo! ¡Bonne soirée à tous! =)

domingo, 24 de abril de 2011

Respuestas varias y un adelanto...

En vista de los comentarios y propuestas de la anterior entrada, os responderé a todos en otra nueva, mis queridos lectores:
- Abel, años y años de olor a curry no se ventilan en una tarde... haría falta llamar a los cazafantasmas o algo así para que lo desinfectaran con lejía propulsión a chorro...
- Dámaso, tu propuesta es buena, pero es prácticamente imposible adivinar cuántos nepalíes forman parte de todas esas categorías, incluso algunos se podrían meter en más de una... además se te ha olvidado incluir a las cucarachas, que creo que también deberían pagar su parte!!
- Teresa, gracias por tu apoyo y tus propuestas, y ahora que lo dices, la verdad es que podría ser el título de algún programa de Pedro Ruíz, o alguien así... y tranqui que no me engañan (al menos no demasiado)
- Y Virus, aunque parezca imposible, puede haber pisos peores que nuestro querido Piso del Amor!! (no sé si se lo creeran Josu y Abreu, pero tú eres testigo). Y me pensaré lo de la nueva entrada, no me parece mal, aunque tengo otras ideas en la cabeza...
Para todos los demás, os voy adelantando que mi próxima entrada tratará sobre mis nuevas y golosas salidas laborales, y que acepto propuestas para una nueva encuesta!! =)

lunes, 18 de abril de 2011

¿Francia o Nepal?

Efectivamente, esa es la pregunta que me hago muchas veces cuando llego a mi piso... ¿estoy viviendo en París o en el mismísimo centro de Katmandú? Para los que desconozcan la historia, os pongo en situación:
Mi humilde morada se halla en el 19ème arrondissement de Paris, es decir, el noreste de la ciudad. Aquí llegué a finales de septiembre después de una semana de búsqueda intensiva de piso, y fui a caer a un pisito muy majo el que vivían, compartiendo habitación, dos nepalíes (uno tipo "Apu", de "raza hindú" muy moreno, pequeñito y delgado; y el otro de "raza mongol", blanquito, enorme y gordito), y una francesa, que fue sustituida pocas semanas depués por un italiano, Matteo...
Me acogieron muy bien, incluso me invitaron bastantes veces a comer, y con ellos descubrí lo que es comer sentados en una alfombra y sin ningún utensilio excepto los dedos, además de sentir lo que es que la boca te arda literalmente por la mezcla y cantidad de picante y especias. Hasta aquí todo bien; maravilloso diría yo. O al menos eso parecía.
Poco a poco empezaron a cambiar las cosas. Apareció un tercer nepalí, al que Matteo y yo llamamos "Bonjour", porque es la única conversación que se puede tener con él, y que es como una mezcla de los otros dos: moreno, achinado y grande.
Este personaje ya se instaló "oficialmente" hace mucho tiempo en casa, y desde entonces entre "visitas" (algunas duran semanas), "familiares" (no sé cuántos "hermanos" y "primos" ha traido cada uno) y fiestas, ya han pasado por aquí entre 20 y 30 nepalíes diferentes. Vamos, que mi piso parece la sede de una asociación de sherpas del Himalaya. De hecho, muy sospechosamente, junto a mi buzón hay otro en el que pone "Maison de Nepal" (Casa de Nepal), y Matteo y yo pensamos que estamos ante un claro caso de una especie de mafia rara que los aloja provisionalmente... Por ejemplo, si tienen la puerta de la habitación abierta y me ven aparecer, la cierran rápidamente, y cosas así...
En estas circunstancias, os podéis imaginar el olor a curry que tiene, y las condiciones de salubridad e higiene ni se dicen, que si lo comparamos con mi piso durante la carrera, este último era el Palacio de Versalles... Tanto es así, que una especie de "mini-cucarachas" se han instalado cómodamente en la cocina y el cuarto de baño y han formado familias, construido amplias casas con jardín, organizado fiestas en el frigorífico... ¡tienen una vitalidad impresionante!
En fin, que algo raro está pasando delante de mis ojos, y algún día lo averiguaré (o no). Seguiremos informando sobre esta y otras historias parisinas (o nepalíes...).

miércoles, 13 de abril de 2011

Unos becerros andaban sueltos por París...

En el Arc de Triomphe, con la Tour Eiffel al fondo.
Unos becerros sí, pero sobre todo unas personas maravillosas...
Efectivamente, estos personajes fueron los "culpables" de mi ausencia en este interesantísimo (¿?) blog...
Una semana, ni más ni menos, del 30 de marzo al 6 de abril.
Una semana llena de risas, de locuras, de "turismeo barato", de kilómetros y kilómetros andados, de Campos Elíseos, de maniobras irregulares para dar un respiro al bolsillo, de arcos del truinfo, de conciertos gratis, de "economía de guerra", de crêpes, de cervecitas de 8.6, de torres Eiffel, de hacinamiento en una habitación, de nuevas amistades, de "¡uys!" o "lo que pudo ser y no fue", de notre dames, de picnics, de museos, de momentos de vértigo, de negros malabaristas del balón, de châtelets, de "casi cous-cous", de aguas musicales "de Barde Hollyfield", de alegrías, de jugueteos, de montmartres, de siestecitas en todos los jardines posibles, de "víctores", de "albertos" y de "jonases"...
En resumen, una semana de amistad, llena de buenos momentos que me han ayudado muchísimo, y que me han abierto los ojos y me han recordado lo que tengo y de dónde vengo; pero sobre todo, lo afortunado que soy y lo mucho que echo de menos mi tierra y mis orígenes...
Sólo me queda decir: Hasta pronto.

viernes, 8 de abril de 2011

El cliente siempre tiene la razón...

Pues sí amigos, efectivamente, como dice el refrán, "el cliente siempre tiene la razón", y en este caso tengo que dársela (dárosla) refiriéndome a mi primera encuesta oficial en este blog, que sigue sin tener ni tema ni rumbo alguno...
En ella os pedía vuestra sincera opinión sobre el mismo, y tras una participación masiva de 15 personas (14 sin contarme a mi), ganó con mayoría absoluta y para mi sorpresa (8 votos, 53%), la opción de que lo abandonaría en menos de un mes... le seguía la opción de que es "de lo mejor de internet" (5 votos, 33%), cosa que dudo bastante; y ya muy lejos de la cabeza (1 voto cada una, 6%) las opiniones de que es una "perfecta basura" y de que me dedique a hacer algo más productivo con mi tiempo...
Con esto no quiero alarmar a mis pocos seguidores diciendo que voy a dejar el blog, ni mucho menos... sólo daros la razón porque lo he abandonado durante unos diez días, aunque esto más que nada debido a una maravillosa visita que he recibido esta última semana (de la que debería hacer una entrada en exclusiva, igual que de alguna que otra anterior...).
En resumen, que espero no volver a abandonarlo tanto tiempo, sobre todo debido a que ahora tengo dos semanas de vacaciones en las que me dedicaré a buscar un trabajo que me mantenga en esta interesantísima ciudad parisina...
Nada más. O bueno sí, lo último... ¿alguna idea para mi próxima encuesta? Se aceptan todo tipo de propuestas, por muy absurdas que parezcan...
¡Hasta pronto familia! Si queréis verme, esta tarde-noche estaré en el Pont des Arts haciendo un picnic... =)
Paz&Amor