sábado, 29 de septiembre de 2012

Juguetes


En las casi tres semanas que llevo en Burundi, hay una cosa que me llama muchísimo la atención y que creo conveniente compartir con vosotros: los juguetes.

Aquí, como os podéis imaginar, no existen las tiendas de juguetes como las conocemos en Europa. ¿Eso quiere decir que los niños no juegan? Evidentemente, no; claro que juegan, mucho más que nuestros sedentarios niños. Y además de jugar, trabajan unas destrezas que nuestras nuevas generaciones están perdiendo cada vez más: la imaginación y las manualidades.

Es alucinante cómo son capaces de fabricarse sus propios juguetes sin tener prácticamente medios ni materiales para hacerlo, y cómo los disfrutan doblemente. En el “primer mundo” deberíamos aprender mucho de esto, con nuestros niños cada vez con más problemas de salud por el sedentarismo, y con serias dificultades de socialización por culpa de la televisión, internet, los videojuegos y todas estas cosas que les anestesian el cerebro.

En fin, no quiero que esta entrada suene a negativa, al contrario, así que aquí os dejo cuatro ejemplos de algunos de sus juguetes artesanales:



Este pequeño cochecito artesanal lo encontramos en Giriteka, un centro de acogida para niños de la calle del que ya hablaré un día. El juguete en cuestión estaba hecho con una lata de conserva, alambres, tapones de refresco a modo de ruedas y una cuerda para tirar de él. Grandioso.



Este es uno de los más típicos. Solo necesitan la “llanta” o la cubierta de una rueda de bicicleta y un palo, y con eso hacen carreras entre ellos condiciéndola sin que se caiga. Diversión asegurada durante horas.



Otro clásico. Como aquí no hay balones de fútbol, se los fabrican ellos mismos con muchas bolsas de plástico atadas. Un día estuvimos con estos  niños haciendo “pataditas” (dando toques sin que caiga al suelo), y no hace falta que diga la técnica que tienen. Verdaderos malabaristas del balón.



Aquí ya va subiendo el nivel. Les presento una bicicleta construida enteramente en madera, con su manillar para girar y todo. Creedme que funciona, se tiraban cuesta abajo con la ayuda de sus amigos, y luego lo compartían. Todos jugaban con ella.



Esto, más que un juguete, es una maravilla de la ingeniería moderna. Lo que veis aquí es una especie de “coche teledirigido”, hecho con alambres y con unas ruedas de algo parecido al caucho. Tiene un volante para girar sin agacharse, una especie de asiento para poner a algún muñeco “conductor” e incluso algo parecido a un maletero para transportar cosas. Impresionante. Y todo esto sin la carrera de Ingeniería hecha.

Es todo por el momento, aunque no dudo que encontraré más juguetes artesanales sorprendentes. Espero que os haya gustado el funcionamiento de estos pequeños cerebros burundeses.

8 comentarios:

  1. impresionante!! a lo de la rueda jugaba yo, que me regaló mi padre una por los reyes... jejee

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    1. es algo más que impresionante, es increible ver como estos niños, gracias a la imaginación y la búsqueda de la felicidad son capaces de crear y desarrollar un juego o un juguete partiendo de lo que aquí muchos podemos llamar basura, hay mucho que aprender de estas zonas del mundo y de la mentalidad de estas personas. gracias medusa por compartir estos momentos. Un saludo y cuidate mucho.

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    2. Muchas gracias, anónimo ¿cacereño? (lo digo por lo de Medusa). La verdad es que en este lugar se aprende mucho más de lo que se puede llegar a enseñar, de eso no hay duda...
      Y Gusa, a mi vuelta nos echamos una carrera a la rueda, a ver quién gana!! Ponte a entrenar!! xD

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  2. Genial Andresillo!!!! me ha encantado que dediques la entrada a los juguetes :)

    Andrea

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    1. Hombreee!! Dichosos los ojos, tú por aquí, qué bien!! Muchos besos niña!! =)

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    1. Gracias hermano!! Tú ya nos hablaste de esto hace tiempo... es muy grande!!

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