jueves, 28 de febrero de 2013

Verde que te quiero verde

Desde el exilio, quiero desear un feliz día a todos los andaluces (los que estáis en casa y los que estamos lejos), a los que vinieron a esta tierra y se enamoraron de tal manera que se quedaron, a los que no se quedaron pero la siguen guardando en el corazón y, en definitiva, a todos los que sienten un cariño especial por este rincón del mundo y por su gente.

¡Feliz Día de Andalucía!


Romance Sonámbulo

Verde, que te quiero verde.

Verde viento. Verdes ramas.

El barco sobre la mar

Y el caballo en la montaña.

Con la sombra en la cintura

Ella sueña en su baranda,

Verde carne, pelo verde,
Con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.

Bajo la luna gitana,

Las cosas la están mirando

Y ella no puede mirarlas.

Verde, que te quiero verde.

Grandes estrellas de escarcha

Vienen con el pez de sombra

Que abre el camino del alba.

La higuera frota su viento

Con la lija de sus ramas,

Y el monte, gato garduño,
Eriza sus pitas agrias.
Pero, ¿quién vendrá? ¿Y por dónde?
Ella sigue en su baranda,
Verde carne, pelo verde,
Sonando en la mar amarga.

-Compadre, quiero cambiar

Mi caballo por su casa,

Mi montaña por su espejo,

Mi cuchillo por su manta.

Compadre, vengo sangrando,

Desde los puertos de Cabra.

-Si yo pudiera, mocito,
Este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo
Ni mi casa es ya mi casa.
-Compadre, quiero morir
Decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
Con las sábanas de Holanda.
¿No ves la herida que tengo
Desde el pecho a la garganta?
-Trescientas rosas morenas
Lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
Alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
Ni mi casa es ya mi casa.
-Dejadme subir al menos
Hasta las altas barandas,
¡Dejadme subir!, dejadme,
Hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
Por donde retumba el agua.

Ya suben los dos compadres

Hacia las altas barandas.

Dejando un rastro de sangre.

Dejando un rastro de lágrimas.

Temblaban en los tejados

Farolillos de hojalata.

Mil panderos de cristal
Herían la madrugada.

Verde, que te quiero verde,

Verde viento, verdes ramas.

Los dos compadres subieron.

El largo viento dejaba

En la boca un raro gusto

De hiel, de menta y de albahaca.

-¡Compadre! ¿Dónde está, dime,
Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
Cara fresca, negro pelo,
En esta verde baranda!
Sobre el rostro del aljibe
Se mecía la gitana.

Verde carne, pelo verde,

Con ojos de fría plata.

Un carámbano de luna

La sostiene sobre el agua.

La noche se puso íntima

Como una pequeña plaza.

Guardias civiles borrachos
En la puerta golpeaban.
Verde, que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.


Federico García Lorca

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