Y se acabó...

Se acabó. Se acabó mi etapa en París, otro nuevo episodio de mi vida "nómada". Dentro de unas horas tomaré un autobús que me llevará hasta Madrid en "nada más" que 17 horas.
Lo sé, para los que me conozcáis, no aprendo, soy un becerrito. Hace más de tres años hice un Montpellier-Algeciras infernal, que juré que nunca repetiría: 24 horas de bus; y ahora vuelvo a hacer algo parecido, ya que después tengo otras siete horas más hasta Jerez, el domingo por la tarde.
Pero bueno, no es de eso de lo que quería hablar. Cuando me monte en ese bus del terror, habré puesto un nuevo punto y seguido en mi vida, pero lo haré con una gran sonrisa. Y lo haré porque he pasado más de nueve meses maravillosos aquí, con un grupo de personas (unas nuevas, otras no tanto) que merecen mucho la pena, y sin los que mi estancia aquí habría sido bastante incompleta. Tampoco puedo olvidar las visitas recibidas a lo largo del año, todas ellas muy especiales para mi... ¡gracias a todos!
Así que, llegados a este punto, no podía quedarme por más tiempo aquí. Sin las personas que representan París para mi, no tenía sentido seguir en esta ciudad, así que decidí dejar mi trabajo en Amorino que tenía hasta septiembre y que, por cierto, me dio muchísima pena porque estuve genial. Y lo dejé también, en gran medida, porque no podía hacerme a la idea de pasar todo el verano sin mi gente, mi familia, mis amigos, mi tierra...
Por lo tanto, la suma de todos esos factores hace que ahora mismo me encuentre terminando mi segunda maleta para mañana, melancólico, repasando en mi cabeza estos últimos nueve meses, y sonriendo y agradeciendo por la suerte que tengo de haber vivido todo esto.
Y no me quiero alargar más, que no quiero ser aburrido. A los que habéis formado parte de esta experiencia, muchas gracias por haberla compartido conmigo y espero veros muy pronto. Y a los demás, a muchos de vosotros, espero veros a partir del sábado en España, ya que mañana me pasaré el día sentado en un autobús de Eurolines, con el culo totalmente plano (se aceptan llamadas telefónicas para amenizar el viaje).
Muchas gracias y hasta pronto, París.