viernes, 24 de febrero de 2012

La vuelta al mundo en tres días

(Voz de locutor americano)

De los creadores de "24 horas de autobús me parecen pocas" y de los productores de "Creía que no había un destino más lejos, pero al final lo encontré", llega a sus pantallas la última super-producción del cine absurdo español: "¿Para qué coger un vuelo directo si tienes tres días libres?".

¡Buenas noches amigos! Hoy os escribo desde el campamento base de mi última gran locura-aventura que vuelve a sobrepasar los límites del absurdo en cuanto a planificación de viajes se refiere. Para el que le coja de nuevo todo esto, solo le diré que estoy ante un nuevo reto viajero: me voy a Salta de nuevo, con motivo de la boda (o casamiento, como se dice por allí) de Jor e Inu. Allí estaré escasamente dos semanas, pero lo que paso a relatar ahora es el camino que me llevará hasta allí, o al menos esos son mis planes.


En esta ocasión, y como me gustan las emociones fuertes, voy a intentar el más difícil todavía, con más etapas, más ciudades, más países y más escollos de por medio. Mi viaje ha empezado esta misma tarde de jueves a las 19:48, cuando he salido en tren desde Jerez a Sevilla, donde ahora me encuentro. Aquí duermo esta noche, en cuanto acabe de escribir esto, porque mañana por la tarde tengo academia de oposiciones, y no podía venir en el último minuto con el equipaje que llevo. Acabo las clases a las 21:30 y a las 23:15 cojo un maravilloso autobús de Socibus que me llevará hasta Madrid, a donde está estimado que llegue a eso de las 5:30 de la mañana del sábado, después de la que seguramente será una confortable noche en sus aterciopelados sillones.

Una vez en Madrid, tocará coger el metro hasta el aeropuerto de Barajas, lo que espero que no me lleve más de una hora, ya que a las 10:30 sale mi primer vuelo a... ¡Miami! Este vuelo no sé cuánto dura por el tema del cambio horario, pero el caso es que llego allí a las 14:30 (hora local), y hasta las 22:30 no sale mi segundo vuelo, así que me dará tiempo a darme una vuelta a ver si me encuentro por allí a personajes de la talla de Pitbull, Dexter o artistas así. Como decía, y si no tengo ningún problema por aquello de entrar en Estados Unidos, cogeré mi segundo avión a las 22:30, destino... ¡Santa Cruz de la Sierra (Bolivia)! Sí amigos, puede que en estos momentos estéis pensando que he perdido totalmente la razón... y así es. De todas maneras, tengo que decir que el vuelo era mucho más barato llegando aquí, aparte que está bastante más cerca de Salta que Buenos Aires.


Si todo va bien, habré llegado a Santa Cruz de la Sierra el domingo por la mañana, a las 8:30 (hora local). Una vez allí, y después de cambiar a bolivianos y pesos argentinos, tendré que ir hasta la estación de autobús para buscar uno que me lleve hasta Yacuiba, en la frontera con Argentina (unas seis o siete horas de viaje). Allí, a siete kilómetros de esta, tomaré un remis (taxi) hasta la frontera misma, por donde tendré que pasar andando con mi maleta, mi cara de perdido y con un cartel en la frente de "turista timable". Una vez del lado argentino, tendré que coger otro autobús que me lleve desde Pocitos a Salta, que son otras cinco o seis horas, para finalmente, pisar la tierra prometida el lunes.

Y muchos os preguntaréis: ¿por qué este becerrito no se coge un bus directo desde Santa Cruz de la Sierra a Salta, que tiene que haberlos? Efectivamente, los hay, pero tardan prácticamente lo mismo y cuestan poco más de 100 euros, mientras que montando el circo que voy a liar yo, en total no me saldrá por más de 30 euros. El gran problema de todo esto es que no se pueden saber los horarios de los buses de Bolivia, así que, una de dos: si consigo montarme en uno el domingo por la mañana, con suerte llegaré a la frontera antes del anochecer y podré pasar la noche en el bus argentino para llegar a Salta el lunes por la mañana. Si no, tendré que esperar a la tarde del domingo para salir de Santa Cruz de la Sierra, para llegar a la frontera el lunes por mañana y por consiguiente, terminar en Salta el lunes por la tarde.


Sea como fuere, lo que es seguro es que el lunes cuando llegue me van a tener que llevar en carretilla hasta la cama más cercana, y que nadie me despierte hasta el miércoles o el jueves. Pero merecerá la pena, ¡eso seguro! Seguiremos informando.

PD. Para los que piensen que soy rico o algo así, ya os digo yo que no. De hecho mi cuenta bancaria está en tratamiento por depresión.

6 comentarios:

  1. muy bueno lo de sus aterciopelados asientos!!jajajaja eso me lo quedo pa usarlo cuando me plazca...jajajaja que grande eres medusa, pero ya que te pones, podias haber programado una parada en jamonesterio...jejeje, para rayar más lo absurdo todavia, jaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja, eso ya habría sido demasiado absurdo, sobre todo si hubiera incluido un desayuno en el gordo ese (se llamaba así) o en el de la peña del Athletic!! Y lo de los asientos, luego he estado en otros que incluso han superado a Socibus!! Vaya tela... xD
      Un abrazo Gusa!!

      Eliminar
  2. Eso sí que es un viaje!

    ResponderEliminar
  3. Estoy deseando que cuentes los pormenores....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tiempo al tiempo, joven padawan, porque al final hasta hubo sorpresas... :D

      Eliminar