Éric Moussambani

Estos últimos días me estoy acordando con mucho cariño y sintiéndome muy identificado con este deportista: Éric Moussambani.

Para quien no lo conozca, Moussambani se hizo muy famoso como ejemplo de superación durante los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. En dichos Juegos, fueron invitados algunos deportistas para representar a algunos países en vías de desarrollo. Este era el caso de este chaval, por entonces con 22 años, que representó a Guinea Ecuatorial en la prueba de natación de 100 metros libres. En su misma serie debían participar otros dos nadadores en las mismas circunstancias: Karim Bare de Níger, y Farkhoud Oripov de Tadjikistán. Ambos decidieron hacer una salida nula para no hacer una marca escandalosa, pero Moussambani decidió tirarse al agua y aprovechar su oportunidad para darlo todo. Nunca en su vida había visto una piscina de 50 metros, y esto fue lo que pasó:

Moussambani lo hizo en 1 minuto y 52 segundos, más del doble del récord del mundo y uno de los peores tiempos que se recuerdan en unos Juegos, pero se llevó una gran ovación de todos los presentes al finalizar la prueba. Tras esto, se convirtió en un héroe popular en Australia y todo el mundo, y siguió entrenando duramente para mejorar. Tanto fue así, que para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 tenía su marca mínima en 57 segundos, pero esta vez no se le permitió participar con invitación.

Éric Moussambani, todo un ejemplo de superación, está siendo mi motivación y mi espejo estos días, junto a mi maravilloso entrenador personal Abel. De mayor quiero ser como tú, gran Éric. Todo mi respeto y admiración.