lunes, 12 de septiembre de 2011

Salta (sin parar)

¡Hola hola!
Aquí vuelvo con novedades, que no encuentro un momento para escribir y poder extenderme como es debido... Como dije en la anterior entrada, ya estoy instalado en Salta, preciosa ciudad, y después de unos primeros días de incertidumbre en cuanto a mi futuro (con las consecuentes rallaeras mentales), parece que van surgiendo nuevas e interesantes posibilidades y ocupaciones.
Para empezar, ya he empezado a trabajar en la Fundación Puna, que como os dije a algunos, es una fundación que tiene como objetivo ayudar a los habitantes de la Puna argentina, una de las zonas más inhóspitas del planeta. Básicamente me han dado total libertad y responsabilidad para desarrolar un par de proyectos que tenían entre manos (aunque me dejan hacer otras cosas, si quiero), y por el momento estoy con papeleos varios para reflotar todo esto. Seguramente muchos se estarán riendo a pecho partido mientras leen esto ("¿qué hace este personaje trabajando en eso? Si no tiene ni idea"), pero con ilusión y ganas, ¡se consigue todo!
Así que, para conocer el contexto en el que viven estas comunidades, este mismo jueves me voy hacia la Puna a pasar unos días, hasta el lunes, para ver de primera mano lo que pasa por allí, sus necesidades, preocupaciones, etc. Tiene muy buena pinta.
Aparte de esto, y para seguir desarrollando mis destrezas personales, me he apuntado a un fantástico "Curso de Coctelería", de tres meses, por el módico precio de... ¡7,50€! Increíble. Merece la pena aunque seguramente lo tendré que dejar a medias, si se cumplen los plazos establecidos...
Y por lo demás, contaros que estoy muy muy bien en Salta, con una estricta dieta de engorde a base de asados (me comí tres en los cinco primeros días, todo un récord), empanadas, picadas, cervecita y otros manjares del lugar, casi siempre a base de carne. Mención especial merecen los "partidos de los miércoles", en los que nos juntamos un grupito de diez a jugar un partido de fútbol 5 en césped artificial. Lo mejor de todo es que, si les llevas la carne, ellos mismos te preparan el asadito para que esté listo justo para el final del partido. No os podéis imaginar lo que es jugar al fútbol respirando esa humareda que te nubla las ideas y te convierten en un ente arrastrándose por el terreno de juego y babeando como el perro de Paulov. Impresionante.Como dato, os digo que tengo unos pantaloncitos vaqueros que hace un mes se me caían, y ahora son capaces de desafiar las leyes de la gravedad: no suben, no bajan, no se inmutan. Y este miércoles, otro partido...
Bueno gente, aquí concluyo mi capítulo de hoy, esperando haber saciado vuestra sed de información. ¡Ahora os toca a vosotros! Besos familia.

5 comentarios:

  1. Se me ha olvidado ponerlo. Más info:
    http://www.fundacionpuna.org.ar/swf/principal.html

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  2. El curso de cocteleria espero que sea puntuable para las futuras oposiciones OSTIAS!!! jajja 1Abrazo desde el puto paraíso, CARTAYA!

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  3. Y... afortunados mis ojos!! el mismísimo sucesor de Don Omar comentando en mi blog!! esto si que no me lo esperaba!! claro que me dan puntos, me las aprueban directamente!! un abrazo!! xD

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