¡Primer
viaje realizado! El domingo nos levantamos a las siete de la mañana para ir a
hacer una excursión que no esperaba que fuera tan bonita como resultó ser. La
plantilla: Clara (mi compi de casa), Silvia (la fisio), Amidou (plurilingüe
futuro Presidente de la República de Burundi), Gentil (futuro médico ruandés) y
un servidor.
A las
ocho ya estábamos montados en nuestro mini 4x4 rumbo a Rwegura, una zona de
plantaciones de té a una hora al oeste de Ngozi, a las puertas del Parque
Nacional de Kibira, que atraviesa Burundi uniéndolo con Ruanda. Aparcamos en la
casa de un lugareño al que conocía Amidou, y estas fueron las vistas que nos
dieron la bienvenida:
Ante
nosotros, cientos de hectáreas de té perfectamente alineadas, y al fondo el
bosque del Parque Nacional de Kibira y uno de sus lagos. Comenzamos a caminar y
a descender por esos caminos, en dirección hacia el bosque y el lago, siempre
rodeados por los arbustos de té, y en ocasiones acompañados por niños o por rebaños
de vacas, con o sin sus pastores. También hubo tiempo de hacernos muchas fotos
absurdas con un inmejorable fondo.
Así que
seguimos marchando hasta llegar a la parte más baja, una zona pantanosa previa
al lago que en otras épocas está inundada. Ahí decidimos hacer una parada
técnica para reponer fuerzas a base de galletitas, beignets y plátanos. Incluso
hubo tiempo para tumbarse sobre la hierba, cerrar los ojos, y respirar
profundamente paz y tranquilidad.
Tras el
descanso seguimos la caminata adentrándonos en los humedales para luego
continuar hacia el bosque, ya en pleno Parque Nacional. Allí me quedé
sorprendido con la belleza de un tipo de pino que crecía, y comenzamos la
vuelta hacia el coche, bastante lejos de donde nos encontrábamos. Fue un duro
camino de subida, con mucho calor, en el que incluso nos atrevimos a llevar un
tronco en la cabeza al más puro estilo burundés: aguantamos lo justo para la
foto.
En la
parte más alta volvimos a hacer otra parada técnica, esta vez para comernos el
bocadillo de tortilla que llevábamos con un fondo espectacular. Llegamos al
coche casi a las cuatro de la tarde, con mucho cansancio pero con una agradable
sensación de bienestar. Aún hubo tiempo para seguir el paseo, esta vez en
coche, hasta la presa culpable de que sigamos sin electricidad en Ngozi y todo
el norte de Burundi.
Finalmente
llegamos a Ngozi justo al atardecer, con un cálculo milimétrico del tiempo.
Precioso día en muy buena compañía, sí señor. Esperemos hacer otra excursión
este fin de semana…
me encanta!!
ResponderEliminarLo conoces??
Eliminare we que hiciste cuando te salio un leon
ResponderEliminarOhjú que tío más absurdo!! :D
Eliminarweee, noticias freshcas! me encanta el paisaje del té alineado! besos fuertes
ResponderEliminarYuhuuuuuuu!! A qué mola?? :D
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