viernes, 26 de octubre de 2012

Ahora también en twitter

Después de unir mi blog a la moda del facebook hace unos meses, ahora me he decidido a crear un twitter para estar más en contacto con el resto del mundo. No sé si es porque la conexión a internet en estos lares es bastante precaria o por mi ineptitud con los ordenadores, pero el caso es que no puedo cambiar la configuración y el diseño para que sea un poco más "atractivo". ¿Cómo hago para que el encabezado ocupe todo el ancho?


En fin, el caso es que ya estoy ahí metido, así que sois todos bienvenidos, y yo también me iré actualizando en esto a medida que lo vaya entendiendo.

Aquí os dejo la dirección: https://twitter.com/nomadasigloxxi

¡Feliz fiesta del Aid Al Kabir a todos los musulmanes y los que no lo sean! ¡A disfrutar del cordero!

martes, 23 de octubre de 2012

Kirundo

Hoy vengo a descubriros un pequeño rincón al noreste de Burundi: Kirundo.

El fin de semana pasado pude disfrutar de este precioso lugar, rodeado de lagos y de dispersas casas entre bananeros. Fueron solo dos días, de sábado a domingo, pero nos dio tiempo a conocer unos cuantos lugares.

Lago Cohoha

Salimos el sábado, temprano, en nuestro maravilloso coche, y llegamos directamente a Kirundo, la capital de la provincia, a poco más de una hora de trayecto. De ahí tomamos un precario camino de tierra en dirección hacia Kigozi, que colindaba con el lago Cohoha, y donde nos quedaríamos a dormir por el módico precio de tres euros. El lugar era espectacular, con una construcción y pequeñas cabañas, y a los pies de esto, la inmensidad del lago, con sus barqueros y sus niños fabricantes de juguetes artesanales de madera. Como no podía ser de otra manera, nos montanos en una canoa para llevarnos al otro lado del lago y allí tuvimos tiempo de darnos un paseíto, comernos unos bocadillos y hasta de pescar con unos niños con sus precarias cañas hechas con una especie de bambú.

Niños artistas de Kigozi

Tras esto, vuelta al otro lado, y pusimos rumbo a Kirundo, donde íbamos con el único objetivo de comer pescado, ya que en Ngozi es complicado. Antes, visitamos un orfanato de bebés, y como no tuvimos suerte con el pescado, decidimos ir a la casa de una mujer que te mataba un pollo y te lo cocinaba allí mismo con una rica salsa y plátanos fritos. Deliciosos los dos pollos que nos metimos entre pecho y espalda, y no eran pequeños.

Hotel de Kigozi

Ya al día siguiente, y después de un suculento desayuno, nos fuimos en busca del "Lac aux Oiseaux", Lago de los Pájaros, que era lo más interesante para ver. Por el camino, paramos a saludar a unos campesinos y jugar un poco con los niños, y también bajamos a ver otro de los lagos.

"Ni se te ocurra quitarme mi globo..."

Conseguimos llegar al famoso Lac aux Oiseaux, pero tuvimos la mala suerte de que no pudimos ver ni un solo pájaro, ya que todos los barqueros estaban en misa y no podíamos cruzar hasta la isla en la que se encuentran las tímidas aves. Así que nada, mala suerte, habrá que volver otra vez. Nos dimos un paseo a orillas del lago y volvimos a Kirundo donde, ahora sí, nos comimos un buen pescado. Maravilla.

Lac aux Oiseaux

Y acabamos volviendo a Ngozi bajo un diluvio universal, atravesando más y más paisajes espectaculares. este país no deja de sorprenderme...



viernes, 19 de octubre de 2012

El Calamar Viajero


Esta entrada está especialmente dedicada a uno de los mayores personajes que ha dado el Estado mexicano en las últimas décadas: el señor Ángel, alias Jimmy.

Este sujeto tuvo el magnífico detalle de hacerme una visita este verano, ni más ni menos que desde Linares, pero el Linares de México. Y como regalo, no se le ocurrió una cosa más absurda que darme esta especie de gorro-sombrero extraño, y me hizo prometerle que me lo traería a Burundi y me haría fotos con él en mis viajes. Así que, después de haber pasado por México, Estados Unidos, Inglaterra y España, el Calamar Viajero ha llegado a Burundi, y ha comenzado su viaje por tierras africanas. Y aquí lo vemos en Ngozi, felizmente instalado sobre mi cabeza, la de Amidou y la de Souleyman. Seguiremos muy de cerca sus andanzas...




miércoles, 17 de octubre de 2012

Yo también soy CO2 neutral

Ayer, saltando de blog en blog me encontré con esta interesante iniciativa a la que no me he podido negar a unirme. Así que, a partir de hoy, mi blog es CO2 neutral.


¿Qué es esta historia del CO2 neutral? Pues es un proyecto que promueve Geniale.es, en el que un nuevo árbol será plantado en mi nombre en una zona con riesgo de desertificación. Esta brillante iniciativa nace con el propósito de que cada uno pueda aportar su granito de arena, plantando su propio árbol para así contrarrestar las emisiones de anhídrido carbónico que su blog produce. Según parece, cada blog o página web genera una meda de 3,6kg de CO2 al año, y teniendo en cuenta el número en constante crecimiento de blogs y webs, la cantidad de CO2 que genera su actividad es muy grande. No obstante, cada árbol es capaz de absorber 5kg de CO2 al año y transformarlo en oxígeno, con lo que la balanza queda del lado verde.


Así que nada, con este pequeño gesto estoy actuando para que nosotros y las generaciones venideras tengamos un mundo un poco más sano y mejor. Esto puede parecer una tontería, pero como decía una campaña publicitaria de hace unos años, "El total es lo que cuenta".

He aquí algunos ejemplos de los catálogos que ayudan a reducir el gasto de papel: Media Markt, Lidl o Eureka Kids. Espero que crezcas fuerte y sano, querido árbol.

martes, 16 de octubre de 2012

El rústico fútbol de los miércoles (versión burundesa)


Tenía muchas ganas de escribir sobre esto, y por fin lo hago. Hace exactamente un año me encontraba en Salta, y allí tenía la bonita costumbre de dedicar un día a la semana a la práctica del “fútbol rústico”, como lo bautizaron allí. Deporte, socialización, risas y diversión, una perfecta combinación que todos deberíamos adoptar.

Partidazo en Ngozi: ¿Dónde está el muzungu?

Un año después me encuentro en Burundi, y como por casualidad, ahora me encuentro cada miércoles haciendo esto mismo: practicar el “fútbol rústico”, muy rústico. Cada semana nos juntamos en un campo de fútbol de tierra un montón de burundeses y un muzungu, yo. Hacemos los dos equipos, con sus respectivos cambios y con sus equipaciones (gracias a los petos naranjas de Dámaso), y cuando todo está listo el árbitro ordena el comienzo del partido. Sí, habéis leído bien, el árbitro. Aquí se lo toman muy en serio y hasta tenemos un árbitro “voluntario” al que hay que pedirle los cambios y que incluso enseña tarjetas amarillas (señalándose las letras amarillas de su sudadera). Él es un espectáculo en sí, no puedo parar de reír al verlo.


El señor colegiado de la contienda, el gran Mussa

Y a partir de aquí empieza el show. No se andan con tonterías en estos lares, durante el partido no hay amigos y las patadas vuelan por doquier. Otro capítulo aparte es la duración del mismo, con una media aproximada de una hora y media… ¡cada parte! El primer día creía que me moría cuando, tras una hora y media jugando, el árbitro anunció “la mi-temps”, es decir, el descanso. Para seguir con las curiosidades, también comunicaros que los partidos suelen contar con la presencia de diversos espectadores: los suplentes que esperan su turno para jugar, niños sin nada que hacer, policías ociosos de los que abundan por aquí (el campo de fútbol está en unos terrenos de la policía), y animales, que a veces incluso se animan a participar. Efectivamente, durante cada partido siempre hay rebaños de vacas y de cabras que entran en el campo en pleno partido, desmarcándose por la banda. Un espectáculo, a ver si algún día consigo fotos de esto.


El "banquillo" de los suplentes

Así que esta es una de mis distracciones semanales. Y aquí llega lo mejor de todo: el grupo que nos juntamos está formado en su mayoría por conductores de autobús, los cuales participan en una liga local que la forman los panaderos, policías, carpinteros, etc. Efectivamente, quieren que juegue en su equipo, y el próximo “partido oficial” es dentro de un par de semanas. Esto promete…


Otro momento del partidazo, con las gradas abarrotadas.
¿Dónde está el muzungu? Versión 2.0

viernes, 12 de octubre de 2012

Día de la Hispanidad


Hoy, todos los hispanos celebramos el Día de la Hispanidad, Día de la Raza, Día de la Descolonización, Día Panamericano, Día de la Interculturalidad, Día del Descubrimiento, Día de las Américas, Día del Encuentro de Dos Mundos, etc. La denominación cambia según el país, pero todo viene a conmemorar la llegada de Cristóbal Colón a América y su “descubrimiento”, que supuso el encuentro entre dos culturas y todo lo bueno y lo malo que vino después, que es mejor no recordar. En otros lugares se celebra la descolonización y la liberación de estos países, y no es para menos, porque bastante mal les hicieron nuestros antepasados.


Desde aquí quiero ensalzar la riqueza cultural de todos estos pueblos y mi profundo cariño hacia ellos. Y una forma de hacerlo, igual que cualquier otra, es con sentido del humor:


Obviamente no me podía ir sin felicitar por el Día del Pilar a tres personitas muy importantes para mí: mi abuela, mi madre y mi hermana. ¡Muchas felicidades! Y toda la envidia y melancolía del mundo por no poder estar ahí con vosotras. ¡Disfrutad en familia por mí! Un beso enorme desde Ngozi.

viernes, 5 de octubre de 2012

"Ayer emigró mi hija"

Hoy no toca hablar de Burundi. Hoy siento la necesidad de compartir con vosotros este artículo que me ha llegado gracias a Irene, firmado por Carlos M. Duarte. Espero que muchos de los de arriba lo lean y se sienten un ratito en sus lujosas casas a reflexionar...

"Esta vez no voy a hablar de ciencia ni políticas de I+D; lo retomaré en el próximo post. Esta vez voy a hablar de lo que ocurre en mi casa, y que refleja lo que con toda seguridad está ocurriendo en muchos otros hogares, porque en el día de hoy la verdad es que no puedo pensar en otra cosa.
Ayer me despedí de mi hija. Emigra en busca de un futuro que no ha podido encontrar en su país y que la sociedad, o sus padres, no le ha sabido dar.
Es extraordinariamente frustrante para un padre ver marchar a sus hijos, pero mantenerlos a costa nuestra no es opción porque supondría llevarles a una situación en la que quedarán atrapados sin futuro.
Vivir en el extranjero ni es nuevo para ella ni le intimida, porque en los últimos 5 años ha vivido y trabajado en Canadá, Francia e Inglaterra, pero entonces se trataba de mejorar sus cualificaciones profesionales. Ahora se trata de rebelarse contra quienes se refieren a su generación como la generación perdida. Marchar le ha costado quedarse sin pareja, por lo que el llanto, apagado, que oía por la noche desde mi cama, se me hacía aún más amargo.
Como muchos jóvenes de su edad, mi hija ha completado su formación profesional con el paso cambiado. En la primavera regresó a España con la intención de buscar un empleo en España, en lo que fuese pero a poder ser "de lo suyo". Consiguió algunas entrevistas de trabajo, pero las condiciones siempre eran abusivas: salario de becario, 400 € al mes, para una persona con una licenciatura, un master, que domina cuatro idiomas y con experiencia laboral en el extranjero. Estos sueldos no le darían ni para comer ni para alquilar una habitación en las ciudades donde le ofertaban estos empleos. Tendría que tener una ayuda de sus padres, a lo que, por supuesto, estamos dispuestos. Pero ella no quiere seguir dependiendo de nosotros, con una ayuda que, de hecho, estaría subsidiando a los empresarios que abusan de nuestros jóvenes.
Este verano han pasado por casa, para despedirse, muchos amigos suyos. Sus conversaciones siempre giraban en torno a lo mismo: la depresión de la crisis, los despidos o el miedo a ser despedido, los abusos de los empresarios que, aprovechándose de la crisis imponen condiciones leoninas, despidiendo a buena parte de la plantilla para que los "supervivientes" hagan el trabajo del resto, intimidados por la amenaza de ir a la calle. Me pareció que se sienten culpables y quizá -como a todos- algo de culpa les corresponde, pero no el peso excesivo que estamos cargando sobre ellos.
En Mallorca, donde vivo, ha sido un año espectacular de turismo, con cifras récord de viajeros e ingresos. Un amigo que tiene un restaurante me dice que este verano ha hecho un 15 % más de caja. Sin embargo, muchas empresas del sector han despedido a buena parte de sus plantillas, de nuevo forzando al resto a asumir las tareas de los despedidos, aprovechándose del miedo a perder el empleo para aumentar sus márgenes de beneficios. ¿Es esto lo que ha conseguido la reforma laboral?.
La mayor parte de sus amigos también emigraban, unos a Alemania -sin saber alemán pero cargados de ilusión y desparpajo; otros a Uruguay, para poder desenvolverse en español, otros a Canadá, Australia, Inglaterra, Noruega... Estoy seguro de que muchos se han ido en condiciones mucho más difíciles que mi hija o sus amigos, o que incluso, queriendo hacerlo, no se hayan podido ir porque tengan dependientes a su cargo a quienes no puedan abandonar.
La emigración no es nueva en nuestro país, pero pensábamos haberla dejado atrás en el siglo XX y haberla cambiado por la movilidad internacional. Pensábamos que nuestros jóvenes se formaban y maduraban en un país moderno, avanzado, miembro destacado de la Unión Europea, con euros en su bolsillo, y pujando por entran en el G8 ante el asombro del mundo. Todo eso era una ilusión, un escenario de cartón piedra.
Como padre me siento inmensamente frustrado y fracasado. Los padres siempre anhelamos que nuestros hijos conozcan una vida mejor que la que nosotros tuvimos, y así ha sido al menos desde que la Guerra Civil nos hizo tocar fondo. Ochenta años después estamos cayendo en barrena en una involución económica y política que, ya lo escribía hace un año, amenazaba con arrastrarnos por el túnel del tiempo hacia la España de mi infancia en los años 1960, a la que ya estamos llegando en muchas cosas.
También me siento frustrado como formador de jóvenes científicos, aunque estos, estoy convencido, tienen un mejor futuro, porque el largo período de formación de investigadores, que se completa al final de treintena, supone que estos jóvenes, de la misma edad que mi hija, a quienes dirijo tesis de doctorado y master, seguirán progresando como científicos para -espero- completar esa formación cuando nuestro país haya salido del hondo agujero en que se encuentra. Sin embargo, para ellos no será fácil, y también habrán de ser duros y resistentes para salir adelante.
Pero no se trata de compartir mis sentimientos como padre ni como formador de jóvenes investigadores, sino de mis sentimientos como ciudadano español. ¿Qué futuro espera a una sociedad en la que sus jóvenes solo tienen la opción de desaparecer o amoldarse a condiciones laborales las más de las veces abusivas y requiriendo del subsidio de sus padres?
Los medios de comunicación les llaman, y me repugna que lo hagan, la generación perdida. Pero ¿acaso no somos nosotros -los de mi generación, nacidos entre 1950 y 1970- los del gran batacazo? Una generación de irresponsables: los unos por lanzarse a la fiebre del oro pensando que se vendían duros a peseta, los otros, entre los que me cuento, por mirar para otro lado. Con un sistema político degradado basado en partidos clientelistas que se alimentaban, y todos lo sabemos, de la burbuja inmobiliaria y los pelotazos urbanísticos. El objetivo de la recaudación de impuestos para contar con abundantes presupuestos para colocar a los del partido en empresas públicas municipales y consejos de dirección y cajas de ahorro con sueldos públicos; financiación ilegal de partidos y dinerito para el bolsillo de los más descarados (basta ver las portadas de los diarios). Muchos declaran ahora, pobrecitos, que las pasan "canutas" con sus sueldos públicos... y es así porque ya no reciben los "extras" que a tanto oportunista trajo a la política. Basta recordar aquellas palabras, en una grabación de un político que llegó, a pesar de ellas, a ser presidente autónomico y ministro del Gobierno, diciendo que "yo estoy en política para forrarme" (busquen esta cita en Google y sabrán de quien se trata). También recuerdo otra grabación donde un empresario corrompía a un político municipal prometiendo algo así como (no recuerdo la frase exacta), que "te voy a asegurar el futuro a tí y a diez generaciones de los tuyos". Repugnante, pero todos lo sabíamos, todos oíamos estas palabras en los medios de comunicación.
Al menos la justicia está, pacientemente, haciendo aflorar esos delitos, aunque lo que salga a la luz no sea más que la punta del iceberg. Espero que también les llegue el turno a los colaboradores necesarios: los banqueros, que en vez de tener que dar cuentas de su actuación se deben estar riendo a carcajadas tras la publicación de los nuevos presupuestos del Estado en los que pagamos el rescate a los bancos a costa de nuestra salud y educación. Con ayuda de los políticos, que libraron a los banqueros de toda regulación efectiva.
Nadie pide perdón a nuestros jóvenes. Yo lo quiero hacer desde aquí, por la responsabilidad, quiero creer que poca, que me toca.
Acostumbrados a comulgar con rueda de molino, ya no nos da escalofríos saber que la cifra de desempleo entre nuestros jóvenes supera el 50 % (sin contar, claro está, con los que ya se han ido, que son multitud). Mientras la Roja siga metiendo goles y Cristiano esté alegre seguiremos embotados y aceptando con resignación estos males que se nos han echado encima, sin que nadie asuma responsabilidades y nadie pida perdón.
Hay quien se felicita, estúpidamente, de que muchos seguimos en silencio, pero algo está cambiando. Ya no nos vale más de lo mismo, ya no nos aplacan con mentiras calculadas, engaños burdos, eufemismos y la cantinela de que lo que nos pasa es que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y nos merecemos lo que pasa.
Deberíamos hacer todos un esfuerzo gigantesco para asegurar un futuro a nuestra juventud, porque ese futuro es también el nuestro. Una sociedad cada vez más envejecida que tendrá un porcentaje de jubilados enorme que solo se podrá sostener con una población laboral dinámica y productiva, la misma que estamos enviando al extranjero o arrinconando en los hogares paternos. No veo otra solución al arranque necesario de la creación de empleo en España que un nuevo movimiento de cooperativas para la innovación, que debieran priorizar las iniciativas de nuestros jóvenes, que tienen estupendas ideas, y apoyarlas con recursos públicos; invertir en nuestros jóvenes es hacerlo en nuestro futuro.
Pero quienes deben utilizar nuestro esfuerzo, que son nuestros impuestos, para fomentar políticas de empleo para jóvenes están de nuevo distraídos en cálculos de sus miserables ventajas políticas. Nuestras instituciones políticas siguen siendo lo de siempre: en una expresión inglesa, el mismo circo con distintos payasos. Nada ha cambiado, pero es imprescindible que lo haga.
Nos hemos dado el gran batacazo, pero pongámonos en pie, sacudámonos el polvo y pongámonos a caminar, aunque para ello tengamos que librarnos del enorme peso de la incompetencia política que en buena medida nos ha traído a donde estamos.
Deseo que mi hija y todos los que como ella se han ido a la emigración, sean felices y puedan en un futuro cercano regresar a su país para contribuir, con su capacidad, a nuestro futuro.
Me gustaría cerrar este texto recitando a mi hija, y a todos los jóvenes de su generación que, como ella han emigrado, el poema de José Agustín Goytosolo, Palabras para Julia; pero es mejor que lo escuchen cantado por Paco Ibáñez en su concierto en el Olympia de París”.


martes, 2 de octubre de 2012

Giriteka


Hoy os traigo una bonita historia, un pequeño halo de esperanza en un mundo difícil para muchos niños: Giriteka.


Giriteka es un centro que trabaja con, por y para los niños de la calle de Ngozi. Desde hace unos diez años, un grupo humano liderado por Sor Bruna, una monja italiana, trabaja para sacar de la calle a más de cien niños de esta ciudad. Aquí acogen a niños de todas las edades, huérfanos o, en la mayoría de los casos, abandonados por su familia, y les dan la atención que necesitan, alejándolos de la marginación y la droga, ya que muchos de ellos esnifan pegamento y gasolina.

Jardín del centro, con los niños limpiando sus muebles

En este centro hacen que los niños vayan a la escuela, y lo compaginan con el aprendizaje de algunos oficios, como peluquería, panadería, herrería, carpintería, agricultura o la cría de gallinas y conejos. Lo mejor de todo es que puedes ir allí a pelarte, encargar algún mueble o cualquier objeto en metal, o comprar cualquiera de los productos de la panadería, que están buenísimos y que contribuyen al desarrollo de estos niños. Ya somos clientes habituales de la panadería y en nuestra despensa nunca falta pan tostado, galletitas y bizcochitos; hasta en una ocasión nos comimos una pizza.

Peluquería de Giriteka

Aparte de esto, hay una treintena de niños que son internos, los más desvalidos, y que pueden dormir en el centro. Los demás tienen donde pasar la noche gracias a diversas familias de acogida, y el objetivo final es que puedan volver con sus familias para poder continuar con sus vidas con normalidad, desarrollando el oficio en el que se hayan especializado. Otro aspecto positivo y motivante para los niños es que, algunos de los actuales trabajadores de Giriteka son antiguos integrantes del centro, con lo que tienen un ejemplo cercano de que se puede salir de esa vida.

Panadería de Giriteka

En fin, no creo que haya mucho que añadir. Mis más sinceras felicitaciones a Sor Bruna, quien lleva cuarenta años en Burundi ayudando a la gente, y a todo su equipo por todo lo que hacen por esos niños. Yo, por mi parte, seguiré alimentándome con sus productos que, pese a ser más caros, ayudan a mejorar sus vidas, y ni que decir tiene que ya tengo decidido el lugar al que donaré el material escolar que he traído y la ropa que pienso dejar aquí. Urakoze cane, Sor Bruna.

* Urakoze cane: muchas gracias.